Ramón del Castillo

El malestar de una cultura y otras reflexiones sobre estados unidos

28 febrero, 2011

La vida intelectual en Estados Unidos ha corrido a distintos ritmos desde principios del siglo XX, dentro y fuera de los circuitos académicos. La Era Obama, iniciada hace dos años, puede suponer un punto de inflexión en la forma de entender la propia esencia del pensamiento made in USA. En el extremo opuesto, movimientos ultraconservadores como el Tea Party propugnan lo que consideran una vuelta a los valores constitutivos del país. Discutiremos, desde la perspectiva de la filosofía, algunas de las paradojas de un pensamiento que ha intentado comprender, entre otros problemas, la tensión entre libertad individual y justicia social, entre independencia y solidaridad.

Comentarios (2)

  • Antonia Tejeda

    25 febrero, 2011 at 11:50 pm

    ¿Pensamiento «made in USA»?
    Según Said, EEUU es un país multicultural, heterogéneo, con una riqueza de «identidades», voces y pensamientos. ¿Qué entendemos hoy por cultura, arte y pensamiento norteamericanos? ¿Pensamos en Alexander Calder, Jackson Pollock, Billie Holiday, Martin Luther King, Noam Chomsky, Charles Bukowski, Paul Auster, Jim Jarmusch, Michael Moore o Woody Allen?
    EEUU ha producido principalmente (a parte de la bomba atómica), buena música y muchas películas. ¿Cómo englobar esta vasta producción, además de la literaria y la artística?
    Muy cordialmente,
    Antonia

  • Juan Cruz

    26 febrero, 2011 at 12:46 pm

    Un poco en respuesta al comentario anterior, yo entiendo por «pensamiento made in USA», que nos haya llegado su forma de entender el cine, la literatura, la música, el arte, el pensamiento político, intelectual; es decir, la Cultura en general. Y que copiemos su oferta, al menos en parte, hasta el punto de que formen parte de tu vida, lo busques y «lo consumas».

    Los países, cuando trazan su política exterior, buscan extender su cultura y encontrar «clientes y consumidores» de sus elementos culturales. Ofrecen diversos productos dentro de su limitada oferta. La maquinaria de EEUU ha funcionado de forma muy efectiva. Por cultura «made in USA» yo entiendo, por tomar el ejemplo citado de la música, que haya grupos de rock, de jazz o de rap cantando con acento andaluz, con acento gallego, argentino, en francés, en chino, en damara, en oshivambo, en japonés, en ruso… según el país y reproduciendo el «modelo made in USA». Y que se haya extendido tanto que el público lo encuentre tan accesible que, en muchas ocasiones, no se plantee poder ir más allá.

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