40 años de política energética en España

La energía es el bien industrializado que hace funcionar cualquier máquina desde que el vapor empezó a impulsar el mundo. Ni se crea ni se destruye, pero se transforma y se comercializa muy bien. Tanto, que se ha convertido en una de las claves de nuestra actual civilización. Desde la crisis de 1973, el precio de la energía ha aumentado de 15 dólares el barril de crudo a los 100 de la actualidad, pasando por los 140 de hace unos meses. España tiene mal carbón, no dispone de petróleo y nuestra dependencia energética del exterior es absoluta salvo por los embalses construidos durante la dictadura. Tenemos, eso sí, algunas centrales nucleares. Se han promocionado las energías renovables, pero su rentabilidad dista de ser la esperada. Y ahora se está empezando a proponer la obtención de gas natural mediante fracturación hidráulica o fracking de las rocas del subsuelo. España es la muestra perfecta del desorden en las políticas energéticas, lo que seguramente tiene mucho que ver con nuestro actual desorden institucional.