El patarrealismo salvaje y la épica de lo absurdo

Todo comenzó cuando Rinoceronte García, líder espiritual del Patarrealismo Salvaje, apareció durante varias noches seguidas por los bares de Oviedo recitando poemas y pescando almas. Sus seguidores, los patarrealistas, recogieron y transcribieron los poemas antes de que el misterioso y desconocido vate desapareciese en la selva para siempre. Desde entonces Diego Álvarez Miguel, Xaime Martínez, Fernando Martínez Lavandera, Saúl F. Borel y Miguel Floriano tocan el tamtán y reescriben la historia en base a unos parámetros nuevos, mezcla de patafísica, surrealismo, absurdo y parodia.

Tras dos libros publicados, uno de poemas (Principios Organizativos del Patarrealismo Salvaje, Ed. Ya lo dijo Casimiro Parker, 2016) y otro de relatos ciber-punk (Oliver Punk, Ed. Pez de Plata, 2018), nadie tiene claro todavía qué es eso del patarrealismo salvaje. Sergio C. Fanjul escribió en El País que “los patarrealistas recuerdan a Dadá en su absurdo, al surrealismo en su oníria, al situacionismo en su rígida disciplina interna intelectual, y a la patafísica de Jarry (y Fernando Arrabal) en casi todo, excepto en su asturianía y su contemporaneidad de fast food.” A partir de tales pistas este Diálogo, el primero de la XXI temporada, aborda en profundidad la cuestión.