Los sumerios: el pueblo de cabezas negras

En Mesopotamia, la “Tierra entre ríos”, hay asentamientos humanos desde hace más de 10.000 años. En esta región se produjo la transición de recolectores a productores y, avanzando los milenios, comenzaron las construcciones en adobe. Allí se inventó el riego, se desarrolló la agricultura y floreció el comercio desde el Golfo Pérsico hasta el Mediterráneo. En torno al cuarto milenio a.C. llegaron al sur de Mesopotamia unos pobladores que se denominaban a sí mismos Sag-giga, “pueblo de cabezas negras”, aunque pasaron a la historia por el nombre que les proporcionaron sus sucesores acadios: los sumerios. Aún no sabemos a ciencia cierta quiénes eran o de dónde venían, pero su legado ha llegado hasta nosotros de múltiples formas, muchas desconocidas para la mayoría. Leyendo los textos que nos dejaron –su principal invención fue la escritura– podemos acercarnos no solo a su rica producción mitológica y literaria sino también a sus amplios conocimientos en medicina, matemáticas o astronomía. Intentamos darles voz en este Diálogo.